Me pregunto hasta que punto puedo ser imparcial y objetivo (como le gusta a
Sen) respecto a ciertos asuntos que me llegan a lo más profundo del alma. Porque tengo una sensibilidad (y hablamos de mí porque este es mi blog, pero más importante porque esto es lo que precisamente puede anular el raciocinio que intentamos esbozar) absurda para los asuntos deportivos: hablo de los mundiales que resultan una daga en el corazón y en su momento, de River Plate.
¿Cómo se debe jugar al futbol? Es algo que en realidad hoy no lo sé, aunque sostuve durante mucho tiempo un esquema (una especie de Neo-Bilardismo a la Británica que alguna vez expliqué en el pasado) el cual se identificaba con el Liverpool 2008-2009 y el Barcelona 2008-2009; y no es que por hoy haya iniciado una ronda de cuestionamientos acerca de los modos/métodos más eficientes, sino que lo vengo pensando hace tiempo ya. Y no lo sé. ¿Y Mourinho? ¿Tiene razón? ¿O cuán importante es el rol del director técnico?
Soy hincha del futbol como estética (lo que pregonaría Angelito priorizando el espectáculo por arriba del resultado), pero no estoy seguro si estética puede ser compatible con resultado, o si son mutuamente excluyentes. Quiero que gane River, quiero que gane a Argentina y no me importa cómo y se trata entonces de buscar cual es la manera que nos lleve al resultado y aquí si tenemos un acuerdo: la estética sin resultado no sirve, pero ¿jugar “estéticamente” no llevara indefectiblemente al resultado?
Cuando vemos un España-Suiza parece existir una satisfacción por el fracaso de la escuela Valdanista, la cual se jacta de profetizar un futbol radicalmente distinto al que se juega en el resto del mundo. Los agoreros en contra de esta doctrina, dice que si los 18 equipos restantes jugasen priorizando el cero, al Barcelona-Real Madrid les iría muchisimo peor.
Pero cuando vemos un España-Paraguay/ Portugal esos mismos agoreros desaparecen, y aparecen otros nuevos que dicen que esa es la manera en que el futbol, en su esperanza matemática, tarde o temprano triunfara. Aquí se observa toque, dinamismo, movimiento de las líneas en bloque, “jogo-bonito” dirán: ¿Pero se sostiene? ¿Es Espana/Holanda el modelo a seguir?
¿O será Alemania, aunque no termino de entender ese juego tan (en apariencia) eficiente?
Cualquier eliminación Argentina me duele, me mata. Pero veamos algo: Argentina fue superior y jugó muy bien hasta el segundo tiempo contra Méjico. Desde allí en más, se dejó mucho espacio (un partido y medio) para que las cosas puedan salir mal y eso fue lo que paso. Como diría Llach: los mundiales se eligen como perderlos, y aquí elegimos la peor manera; sin tener la pelota (y así nos fue). Porque la descoordinación entre los volantes y la defensa estuvo siempre, pero hoy no funcionó nuestra ventaja comparativa que son los delanteros; y eso ocurre, que un día no funciones. ¿Qué hacia Lio yendo a buscar la pelota hasta el área prácticamente? ¿Qué hacia Higuain defendiendo en el segundo (o tercer) gol? El medio! El medio! Perdimos la mitad de la cancha hace un buen rato y así nos fue. Nada muy terrible ni nada condenable, pero lo suficiente como para quedar afuera. Y era 4-4-2; 3-5-2; 3-2-2-2?????
¿Y qué hubiese ocurrido si entre el primer gol y el segundo, en uno de los tantos ataque pocos claros, la pelota entraba? Situación para nada poco probable. La historia seria otra, seguramente. Ya habrá tiempo de intentar dar algunas respuestas a estas preguntas, de tal vez si armar/intentar algún esquema de juego (de mi preferencia, algún modelo europeo me gustaría probar). Esto es todo amigo.