sábado, 31 de octubre de 2009
viernes, 30 de octubre de 2009
Sobre esa Copa de Cristal.
Todavía recuerdo los veranos en la casa del viejo Miguel. Un caserón en Balvanera, antiguo, cuidado, curtido internamente de esa madera oscura al estilo Ingles. El olor a espiral que venía del patio, de esos que les gustaba Borges, un símbolo de mi inocencia perdida. Tenía ocho años, y Miguel era el abuelo de mi amigo Mauro. Por ese entonces, yo apenas sabía que era una partida de Go, pero Miguel y Mauro podían pasarse horas haciendo números y estrategia. Cuando íbamos a la casa del viejo, luego de una buena pateada de futbol y una rica merienda, arrancaban las partidas. Yo miraba, Mauro y el viejo jugaban. Sin pecar de exceso anacronismo, lo recuerdo al viejo como alguien sabio e inteligente, pero sobre todas las cosas como una buena persona. Había sido un matemático muy importante en su época, curtido bajo las alas del mismísimo Rey Pastor. Confiaba en que yo sería un talentoso jugador de futbol y que Maurito seguiría sus pasos. Una tarde de Febrero tuve una de las mejores lecciones de mi vida que solo valore no hace mucho tiempo. Mauro y el viejo terminaban una partida de Go y el joven le había ganado al viejo. Sin querer, Miguel movió su mano derecha con cierta torpeza y volteo una copa de cristal de murano que segundos después se hacia añicos contra el piso. La copa tenía una historia e inmediatamente intuí que era importante. Mauro y Miguel se desesperaron, trataron de juntar los pedazos de alguna forma posible que diera la esperanza de que el objeto fuese salvado. No hubo caso. Luego de intentar un rato, mientras Mauro armaba el rompecabezas de cristal, el viejo haciendo gala de su ingenio vio la posibilidad de lección: “Pablo, Mauro… miren lo que ha pasado aquí, algo se ha roto y ya no hay vuelta atrás. Algo de cristal es algo sensible, muy delicado, pero eso no es señal de debilidad sino de delicadeza. Por tanto, deben ser más cuidadosos en el futuro cuando se les presente algo de estas características”. Mauro insistía en que podían hacer un intento más de pegar las partes y devolver el caos de cristalitos hacia la unicidad. El viejo arremetió “Pero Maurito, nosotros podemos pegar las partes y quedara algo parecido a lo que había antes. Pero ya no será la misma copa. Esta nueva copa, toda remendada, no solo presentara un aspecto magro, sino que además puede lastimarnos. Antes el delicado el borde, ahora es un serrucho que nos corta los labios. O miren la parte exterior, tal vez nos cortamos un dedo. Lo mejor para nosotros y para la copa es que le demos un entierro digno” y luego sonrió.
El viejo trataba de darnos una lección a raíz de un accidente que había ocurrido al azar. Fue la primera vez en mi vida, visto en perspectiva, que la metáfora se instalaba como verdad. Mauro y yo habíamos mamado silogismos, proposiciones lógicas, un único acceso a la verdad de las cosas atraves de la razón. Teníamos la escuela Leibizniana arriba nuestro, solo sabíamos que en cualquier universo dos más dos era igual a cuatro. Pero el viejo abrió una nueva puerta, planto la metáfora en vez de la proposición y permitió abrir una puerta a todo un ente desconocido. Una verdad propuesta atraves de los sentimientos, un concepto rara vez visto en la modernidad. Quería mostrarnos que en nuestra vida nos iríamos a topar con varias de copas de cristal, y que si las rompíamos, tal vez lo lamentásemos en el futuro. No se vuelve tan sencillamente del dolor.
El tiempo paso, y como todo, esa copa de cristal aun se está rompiendo en algún espacio-tiempo. Pero nosotros la olvidamos, seguimos adelante, con lo nuestro. Yo seguí mi camino. Miguel murió a los tres años de ese suceso y desconozco el destino de su memorable casa. Mauro murió asfixiado un 30 de diciembre del 2004 en la Republica de Cromagnon.
martes, 27 de octubre de 2009
Terreno sagrado, amor.
Apostillas y algunas conclusiones de fin de semana:
Nuestra agenda en Argentina se ocupa con varios eventos. El viernes estuvimos viendo a Charly al lado de la mandíbula cocainomana del Bebe Contepomi. Nos gusta Charly y creemos que debe ser política publica apoyar incondicionalmente a los genios. Por eso fuimos a alentar (y porque nos regalaron entradas) bajo la eterna lluvia de Liniers.
El domingo fuimos a alentar al manto sagrado. Hasta a mi, a veces, me cuesta creer que días atrás charlaba con Tirole y el domingo regalaba una catarata irracional de insultos contra esa cosa indefinible llamada Boca. Un auto-retrato casi Felinesco, yo, sentado en mi platea, me paraba en cada segundo a insultar, alentar, gritar agitando el Diario Ole en mi mano derecha. Pero mi conclusion es positiva. Veo una notable mejora en el equipo, un quiebre fundamental en la tendencia, que me permite pensar en un River de mitad de tabla. Con eso tenemos aire para empezar a trabajar en el año que viene.
Diré una sola cosa mas sobre Maradona y la selección. Como dijimos sobre Charly, creemos en los genios. Si uno compara la probabilidad condicional de dirigir a la selección y ser exitoso, digamos entre Bianchi y Maradona, los numeros son 50% y 0% respectivamente. Bianchi triunfo en 2 de los 4 equipos que comando. Diegote, fracasó en los dos (Mandiyu and Racing). Pero los genios no conocen de estadísticas, no hay silogismo que les valga. Sin embargo, eso no implica que no deban ser tenidos en cuenta en distintos procesos. Seguramente, Bianchi tenga la probabilidad (relativa) mas alta y por eso deba dirigir a la selección. Pero yo prefiero la materia oscura aquí, prefiero que me comande un genio, que sin ninguna lógica u orden, su sola esencia que lo cataloga como unico en el mundo y en la historia (eso hace a un genio precisamente) nos contagia de esa magia que nos lleva al éxito. El cacerolismo condena a Diegote y lo condena al buen Charly, por su falta de orden, por la cocaina, por reivindicar la existencia. En el fútbol, la ética del trabajo defendida por los Ale Fabbri no ha ganado absolutamente nada. El cacerolismo no entiende que la necesidad de imponer orden evidencia una carencia y no una virtud. Diego, el genio, nos dara la copa del Mundo, y Messi, el nuevo genio, brillara.
sábado, 17 de octubre de 2009
Sobre esa maravillosa melodia.
De vuelta (una vez mas, si) en tierras gauchas, lo mas hermoso de Baires (como decía Bio) son sus cielos. Hice un fulbito de graduados en Parque Norte donde anduve tirando paredes con Rollo. Fui a ver a mi pasión y nos comimos tres pepas en 30 min contra el siempre amargo Independiente. Insulte, me enoje, se me escapo una lágrima. También papie un poco con el abrazo entre Diego y Bilardo: cualquier gesto heroico me conmueve y mas cuando salen las pasiones humanas. Pero también tuve el agrado de charlar durante dos horas con Ricardo Crespo, quien amablemente me invito a sus aposentos para tener una charla filosófica-económica. Me obsequio su libro "El pensamiento filosófico de Keynes" el cual voy a leer en breve. Son hermosas, son mis pequeñas cosas.
viernes, 16 de octubre de 2009
En crudo.
Respuesta a la pregunta 19 (Keynes or Friedman?) completa:
Existe una distancia entro los autores, una contradicción que los hace dicotómicos y que el neo keynesianismo trato de superar de cierta manera. Un profesor una vez me dijo que las funciones de utilidad no existían, aunque era un acérrimo ortodoxo. Y la diferencia no yace, como creen muchos erróneamente, en que uno es de corto o largo plazo. Hay unos asuntos epistemológicos mayores. Keynes define algunas reglas lógicas mazo menos intuitivas y a partir de allí construye toda una teoría que le sirve para realizar predicciones y explicar comportamientos. El hablara en termino de cosas observables. Tuvo la capacidad de guiarse por intuiciones y de prescindir de un lenguaje propio de las ciencias duras, lo cual facilitaba mucho el asunto. No se preocupo, digamos, en cuestiones metafísicas sobre “porque una curva de demanda tiene la forma que tiene”. Friedman en cambio fue más metódico, donde cada renglón se tiene que derivar de algún reglón anterior. Definiendo ciertos axiomas, Friedman presentaría conclusiones derivadas de las propias premisas sin excepcion. Arrow-Debreu ya habían hablado de economías abstractas, de fenómenos que rara vez se podían observar en la práctica pero que en definitiva presentaban una formalización del equilibrio general. Friedman estaría emparentado en esta línea, pero argumentaría que habría un monton de excusas de porque las predicciones teóricas no se condicen con la práctica, precisamente porque esos supuestos tal vez ni siquiera existan. Por ejemplo, la regla de Friedman, meticulosamente derivada, proponía una tasa deflación igual a la tasa de descuesto de los agentes. Suponiendo por un momento que eso sea viable, fuese lo que fuese, 30 años después se descubre que si asumimos rigideces nominales (en los salarios), la deflación conduce al desempleo mayor que su nivel natural, y el bienestar general empeora. Esto indica que una relajación de un supuesto puede conducir a resultados radicalmente distintos. Antes de ir a pelear con otros, me parece que el paradigma neoclásico está plagado de contradicciones y debilidades. Yo por ejemplo ahora estoy trabajando con un modelo donde los valores de la función de utilidad cambian de un momento a otro de manera aleatoria. El propósito es ver cuán resistente son los modelos de equilibrio general ante funciones de utilidad caoticas. En definitiva, es un poco lo que decía Wittgeinstein de que siempre puede encontrarse una justificación, una regla, que permita otorgarle validez al resultado. Los economistas modernos hemos pecado de esto.
Mientras Keynes define y trabaja con axiomas y reglas observables, Friedman parte de un punto más intricado. Define ciertos axiomas (observables o no) y apartir de allí derivara sus resultados. Mientras que en Friedman la conclusión siempre se deriva de la premisa, en Keynes esto no siempre es así porque trata de establecer reglas apartir de la observación, que luego le deberían permitir explicar fenómenos parecidos. Creo que los son alucinantes, aunque me sienta mas cómodo trabajando con las herramientas de Friedman.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)