domingo, 17 de mayo de 2009

Un train a Londres

Antes que se me derrita lo que me queda de aparato psíquico, me tome unos días y me vine a la mágica Londres. Sus parques, sus calles, sus edificios, merecen ser vistos. Pero para un freak como yo amante del rock Británico, del fútbol dinámico matematicamente impredecible, de la revolución industrial (donde todavía se puede sentir el olor a carbón), de los pubs con luz tenue, de los mercados de chucherías, de las majestuosas librerías, de la estética medieval...Londres es el génesis. Es una ciudad única que siempre nos recuerda a esa persona maravillosa que supimos perder. Y precisamente por eso, porque es una ciudad que se mueve en un tiempo distinto, cada sentimiento y suceso del pasado (y todo aquel suceso futuro) coexisten en la unicidad del tiempo presente. Mientras me iba a la British Library, sin querer pase por la casa de Carlos y saque una foto:

3 comentarios:

Ulrich dijo...

La casa de Carlitos! Es en el Soho, no?

ayjblog dijo...

anda al museo, es mas lindo

Anónimo dijo...

las personas maravillosas no se pierden, siempre que no te olvides de como encontrarlas...