Llegue a Cambridge para los Michaelmas de 1902 los Principia Ethica de Moore aparecieron al final de mi primer año. No he oído nunca que esta generación los haya leído. Pero, sin duda, su efecto en nosotros y las conversaciones que los precedieron y prosiguieron dominaron, y aun hoy dominan, todo lo demás. Solo para nosotros, los que estábamos activos en 1903, Moore desalojo completamente a McTaggart, Dickinson y Russell. La influencia no solo era irresistible; pero estaba en el otro extremo de lo que Strachey solía llamar funesto; era excitante, estimulante, el comienzo de un renacimiento, la apertura de un nuevo cielo en una nueva tierra (Sir Keynes, en My Early Beliefs).
lunes, 7 de diciembre de 2009
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