viernes, 11 de septiembre de 2009

El deterioro del futbol a causa de la posmodernidad.

Siempre me parecieron divertidas las tesituras que explican algún suceso futbolístico relación a algo político, geográfico o socioeconómico. Por ejemplo, en algún momento Rollo argumentó que el deterioro futbolístico de los ex países de la URSS se debió al movimiento de autodeterminación que sufrieron los mismos.
Caparros juega con algo parecido. A continuación hago mi interpretación de lo que yo creo que intenta decir. El deterioro de la selección se explica, fundamentalmente, por el efecto que la posmodernidad ha tenido sobre los estados nacionales. Desde principios de los noventa, hemos evidenciado una retirada por parte del estado de las principales esferas que gobiernan nuestra vida: salud, educación, cultura, etc. En Sudamericana fue donde mas se evidencio. Por eso dice Caparros que si ser argentino no significa trabajo, comida, salud, educación, un gol argentino vale bastante menos. Predomina entonces la pérdida de identidad nacional en todo sentido, con todas las cosas, y que por supuesto, el fútbol no es la excepción.
Hay un segundo componente, entiendo yo, no explicito en el argumento. El devenir posmo se caracteriza por un incremento en los valores personales por sobre de los comunales; o lo que Bauman ha llamado Modernidad Liquida. Es el esplendor máximo de la sociedad de consumo, de la integración y realización personal atraves de espacios de compra, individuales, solitarios. Bajo este paradigma, se suele decir que se enaltece el viajo concepto hedonista donde el humano, abrumado y abandonado en la nada, sufre las consecuencias psicológicas del libertinaje (que nada tiene que ver con libertad). Por eso, de nuevo, Caparros dice que muchos hinchas deliran por sus clubes y la selección la selección se va a la puta que lo parió: como a tantos argentos, en general, les interesa su vida y el país el país se va adonde lo lleven.
Si vivimos en tiempos en que la identidad con la “argentinidad” se ha debilitado; si además vivimos en tiempos donde la religión es el mercado, imagino que la idea de que nos interese un proyecto colectivo donde todos formamos parte es, básicamente, nula. Cualquier idea de formar un X que incluya al otro, pone en peligro los valores de autonomía personal, que es lo que precisamente la posmodernidad defiende acérrimamente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alex, por favor postea mas seguido. Me cuesta vivir sin leerte...jajjaaj :)

Sir Alex De Large dijo...

sHHHH