Un amigo residente en la gran manzana Neoyorquina, me explica su situación financiera. En 1995, tiene una propiedad por valor de u$ 200.000. En este periodo, solicita una hipoteca y le dan aproximadamente el 50% del valor. Cuenta que la política de tasas bajas llevadas a cabo por Green-spun! se combino (o fue la causa) con una suba en el precio de las propiedades. Cuenta que apenas unos años después de haber solicitado su hipoteca, la propiedad por valor inicial de u$200.000 paso a valer unos u$250.000. Inmediatamente, empezó a recibir ofertas para iniciar una nueva hipoteca a valores mas convenientes sobre los nuevos u$50.000 excedentes. Al mismo tiempo, se le ofreció una batería de tarjetas de créditos con todo tipo de descuentos y refinanciación a tasas bajas. Compro televisores, electrodomésticos, dos autos (uno para el y otro para la mujer) y una casa de verano cerca de Miami. Todo esto, por una revaluación en su activo inmobiliario. Sus gastos corrientes (que claramente excedían a sus ingresos corrientes) estaban siendo avalados por un 25% de suba en sus activos. Pero un día, el valor de la propiedad empezó a bajar. Los 250 se convirtieron en 240 y luego en 230. Los plazos se achicaron, las tasas subieron e inclusive algunos le empezaron a exigir reembolsos completos sobre el crédito total. Se declaro insolvente y perdió todo. “Cuando el carro arranca, los melones se acomodan” me dijo.
lunes, 27 de agosto de 2007
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