Es un cero a cero aburrido. Alex, como buen hincha de la platea San Martin depara en una catarata de insultos para Abreu. Me suena el teléfono y supongo que es algún camarada que llama para chicanear sobre el empate ante un equipo descendido.
Ojala. “Alex, liquidan a Bear en dos mangos”. Me siento descolocado. Abreu pierde goles, un banco compra a otro banco un Domingo, Racing nos pelotea, faltaba observar una vaca volar. De urgencia, me retiro para encontrarme con la noticia de que un banco que valía semanas atrás veinte mil millones de dólares, hoy se vende por doscientos treinta y seis millones.
Un poco de theory number. El que compro una acción de Bear Stearns el Jueves, pago U$57. En breve recibirá por esa misma acción U$2, o sea el 3.5% de lo que puso. Los que el Viernes pasado pensaron que creaban la jubilación de su vida aprovechando una serie de malas noticias que hacía perder un 47.37% y compraron en U$30, recibirán un 6%. Ni te cuento los que pensaron que hacían el negocio de su vida vendiendo futuros: vender un PUT a Enero del 2010 daba una prima de U$6.7 (llegando a U$8,5) comprometiéndote a un precio de U$20, o sea, el 33% en dos años con el riesgo de que la acción pierda aproximadamente un 30% (de U$30 a U$20). Y lo peor de todo, es que fuimos muchos los que entramos dado que el volumen del Viernes supero más de diez veces el volumen promedio de los últimos tres meses (exactamente 186.986.843 versus 12.928.700). Todo esto apostaba a un banco, que si bien navegaban las infernales aguas de la quiebra, se confiaba en un salvataje conjunto de la comunidad financiera. Nadie, por otro lado, especulaba con una compra a dichos valores. Siendo mas, un comunicado oficial de última hora en ese mismo día, negaba rotundamente alguna intención de compra por el Morgan.
Así las cosas, mientras escribo esto, Asia parece no haberse tomado la noticia de buena manera, esbozando perdidas en los índices que a esta altura llegan al 4%. No es para menos, no hay nada de bueno en que uno de los bancos más grandes del mundo haya sido transado como un Lemon. Da para pensar, a fin de cuentas, de que hay algo más negativo que positivo de pensar. Como si algo se nos hubiese escapado a la hora de cuantificar la crisis, definitivamente existe cierta cosa que no conocemos. Es más, diríamos que el domingo 17 de Marzo si no aparecía un banco llamado J.P Morgan, otro banco muy importante llamado Bear Stearns, el lunes siguiente se hubiese declarado 100% insolvente generando un agujero importante en la historia del capitalismo global. Pero, no existe algo asi como un almuerzo gratis. Si el Morgan fue empujado a salvar el sistema por el bien de la riqueza global, este a su vez, exigió pagar nada por algo que vale nada más épsilon.
Hasta el día de hoy, no existían domingos negros (hubo martes, jueves, viernes). El domingo es un día sagrado, nos dicen los evangelios, el día en que el mismísimo dios descanso luego de seis días de ardua labor. Pero el capitalismo esta por arriba de todo eso. Que la reserva federal se haya reunido de emergencia para reducir el costo de la tasa interbancaria (como para acompañar el mesianismo moderno del Morgan) un Domingo, nos hace dudar y nos pone incómodos. ¿A cuánto ira la tasa el martes ahora que la inflación está en niveles tolerables? Yo diría que una reducción de un punto y un cuarto no sería nada extraño de esperar. En definitiva, se puede tolerar que no haya empleo, pero no se puede tolerar que Wall Street no gane plata. W.S está hecho para multiplicar riqueza, situación que hace meses no ocurre.
Algunas líneas finales merecen ir para Ben Bernanke. La definición de lo que Bernanke hace, fue resumida de manera genial por el economista jefe del Banco Galicia Nicolas Dujovne: Bernanke busca dejar un método. De la misma manera que lo hace Simeone, Bernanke al igual que el cholo intentan imponer un estilo propio que aun no encuentra el éxito y que los mercados no entienden.
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