viernes, 20 de junio de 2008

Sobre tratados pasados.

De lo que no se puede hablar hay que callar fueron una de las últimas palabras académicas de un tal Wittgenstein. Optimista en un principio, Ludwig volvió a caer en la esotérica y hartante pregunta ¿se puede conocer la verdad?. Entendió rápidamente de que su pregunta no era original, pero si su modo de encararla, a diferencia antepasados filósofos, tomo la corriente de la época lógica matemática y dijo: para encontrar la verdad, si es que la hay, debemos prescindir del lenguaje natural, dado que este es poco claro, bastante erróneo y confuso. La historia termina inmediatamente al pronunciar: no hay verdad más allá de las matemáticas. ¿Pero que ocurrió en medio de la idea original y el resultado final?
La película The Oxford Murders tiene una sorprendente calidad al tratar el tema y os sirve de guia. Solo basta las líneas iníciales del profesor Arthur Seldom explicando a su auditorio: No hay forma de encontrar una sola certeza absoluta, un argumento irrefutable que pueda dar respuesta a las preguntas del hombre. La filosofía, por lo tanto, ha muerto.
Primer resultado: no se puede demostrar que todos los perros tienen cuatro patas, y este si es un problema. Aunque todo lo ajeno a la matemática sea algo que no podemos comprender, dentro de la propia lógica matemática las cosas no son del todo simples. La lógica, inclusive, nos genera dudas dentro de la propia lógica. La serie 2-4-8 puede continuar con 10 pero también con 16. ¿So? Parafraseando a Arthur siempre puede encontrarse una justificación, una regla, que permita añadir cualquier número como el cuarto caso. Reglas y justificaciones, son tan validos el 10 (digo, por ejemplo, sumar dos, luego cuatro, luego dos) como el 16 (solo multiplica el ultimo numero de la serie por dos y obtendrás el siguiente) ¿Hay más? Tantos como reglas lógicas se les ocurra al hombre. Segundo resultado: Fuera de la lógica, la verdad, imposible; dentro de la lógica, hay paradojas que distorsionas nuestro acceso a lo absoluto.
¿Hay espacio entre la apariencia y la realidad? ¿O son una misma cosa? ¿Existe la realidad? ¿La apariencia? Hoy por hoy, con todo el pasado ya digerido, la respuesta más convincente es la interpretación del paralaje. En términos bastante trillados seria más o menos así: se me presenta la/las cosa/s (objeto) y yo (sujeto) atraves de mi subjetividad distorsiono en mayor o menor medida (no lo sabemos) la cosa que se me presenta. No hay acceso mas allá de la cosa, y esta escapa nuestra compresión siendo inaccesible; de la pluma de Zizek lo Real es en definitiva el verdadero cambio de perspectiva del primero al segundo punto de vista. De lo que no se puede hablar hay que callar.

5 comentarios:

JuanPablo dijo...

Mejor no hablar de ciertas cosas, dijo Luca (¿lo habrá leído a Wittgenstein?)

Me parece que W se restringió demasiado al enfocarlo desde la perspectiva matemática, y tal vez no llegó al fondo de la cuestión: se hubiese tenido que dar cuenta del papel arbitrario de los sistemas axiomáticos, y de las infinitas realidades (contradictorias entre sí) que cada sistema inventa. Bah, qué se yo, eso tampoco estaba muy claro en esa época, no se conocía el zoológico de sistemas axiomáticos.

Pero si te ponés a filosofar sobre eso, corrés con ventaja, se puede especular, y si uno se equivoca, todo bien, alguno se dará cuenta y consigue su nicho hablando de nuevo del tema.

Sir Alex De Large dijo...

Esos viejos vinagres Wittgenstianos...
Coincido. Ludwig, creo yo, intento traducir lo que antiguos metafisicos habían expresado en lenguaje natural. Era todo muy confuso y en tiempos donde la matemática se acepta como idioma valido universal, cualquier cosa hecha sin la mate es ficción.
Hay merito en Wittgeinstein, aunque posiblemente la filosofía debería haber muerto según su concepto con Descarte: Pienso, luego existo... and then el fin de los tiempos.

Lucas A dijo...

Hey, Lindo blog. Llegué por azar. Bienvenido el hecho de usar a Wittgenstein en un blog de economía, che!

Saben que era "amigo" de Keynes y tiene una discusión con Piero Schafra (así se escribía?), muy interesante, pero no de economía, sino de lenguaje y significación. Y creo recordar, era primo lejano de Hayek.

Lo único, que es buenísima y expresa una idea simple pero a la vez compleja de Ludwig, es que esa frase está en su famoso "Tractatus" que escribió durante la primera guerra mundial (Wittgenstein a pesar de ser hijo de una familia de las más ricas de Viena, se alistó en la primera y segunda guerra mundial -en esta no combatió en la otra sí- voluntariamente!!!! y tiene muchas historias así) y se publicó, según se dice, en 1931. Pero es lo que se conoce como "el primer wittgenstein" y por ende, no es lo que último que dijo sino, a nivel, filosófico, una de sus "primeras ideas".

El segundo Wittgenstein diría, que el primero se equivocó. Hay peli de Wittgenstein, no es tan mala como dicen, y se tocan estos temas de forma directa.

Sigamos, che.
Lucas.

Sir Alex De Large dijo...

Y cual es la pelicula entonces?

Anónimo dijo...

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