El encargado de sacarnos de este meollo actual, en 1999:
Con tanta libertad de acceso al dinero extranjero, los bancos tendrán un comportamiento muy competitivo a la hora de conceder prestamos. Tarde o temprano, las inversiones superaran seguramente las necesidades y los gobiernos o inversores privados empezaran a colocarlas de forma equivocada. En esas circunstancias es casi inevitable que haya una explosión de la propiedad inmobiliaria y, sea cual sea el régimen concreto de los tipos de cambio, el tipo real se apreciara, con lo que perjudicara la competitividad comercial y genera cada vez mas déficit en las balanzas.
Tarde o temprano, algún acontecimiento, interno o externo, político o económico, suscitara dudas sobre si todo eso es sostenible...supone dudas sobre el funcionamiento del sistema financiero mundial y la disciplina macroeconomica. Y esta cada vez mas claro que limitarse a suministrar volúmenes cada vez mayores de recursos financieros a corto plazo no puede bastar para dar con un método satisfactorio; desde luego, no sin ofrecer a los acreedores cierto grado de seguridad que plantearía grandes interrogantes sobre el riesgo moral.
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