Sobre el origen de las especies Argentinas; Segunda entrega.

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Parte 1. (Si todavia no la leiste).

La pulperia por la escuela:

Desde una estética Marxista, nos encontramos con la explicación de fuerzas físicas que rompen lo estático y pasan a lo dinámico: Cada nueva generación se encuentra en posesión de las fuerzas productivas conquistadas por la generación anterior, que le sirven de materia prima para una producción, surge una conexión en la historia humana, toma forma una historia de la humanidad cuanto mas se han extendido las fuerzas productivas del hombre y en consecuencia sus relaciones sociales. El desafió que se le presentaba a la nueva codificación imperante del capital era dual: por un lado, codificar lo que el colonialismo cristiano no había podido trasladar a sus elementos propios y por el otro, esos elementos que si había logrado el sistema anterior codificarlos una vez más. En definitiva la única diferencia entre el primer desafió y el segundo era una cuestión de etapas. Dicho esto, estaba cumplido el rol de los aparatos ideológicos del estado, a saber, en términos Foucaultianos, la creación de una tecnología: la disciplina; que es en el fondo, el mecanismo del poder por el cual alcanzamos a controlar en el cuerpo social hasta los elementos mas tenues por los cuales llegamos a tocar a los propios átomos sociales, los individuos. El sistema estaba pensado para no ser tan oneroso ni tampoco predatorio, que se “ejerciera en el mismo sentido del proceso económico”. Como dice Foucault: “…se debe ejercer sobre los individuos en tanto constituyen una especie de entidad biológica que debe ser tomada en consideración si queremos precisamente utilizar esa población como maquina de producir todo, de producir riquezas, de producir otro individuos, etc.…”. Ahí estaba de nuevo la codificación: de la regla colonial a la norma del capital, de sujetos jurídicos a cuerpos y poblaciones. Se disciplina el sexo, la mente, el cuerpo, el nacimiento, el casamiento y la muerte. Si antes era cuestión de estado, ahora lo será mucho más. Ya estaban los embriones de la nueva temporalidad, la nueva sociedad, la del capital, la de vigilar y castigar.
La función de la disciplina era compacta: crear individuos útiles. Aumentar la producción, desarrollarla, difundir la instrucción; hacer crecer y multiplicar. Dios ha muerto, decía Nietzche, pero no agrego que se dio con el advenimiento del capital. Europa ya había construido su nuevo eje sustituyendo iglesia-familia por escuela-familia. La escuela era el primer instrumento de todos, disciplinaba, homogenizaba y atribuía el carácter heroico a la nueva territorializacion: servia tanto para el gaucho, el hijo del inmigrante y el indio.

(Continuara...)