jueves, 16 de agosto de 2007

¿Cuántas bolas de billar entran en la boca de Peirano?

Seguro tres: superávit fiscal, reservas internacionales y términos de intercambio favorables. Yuxtaponiendo a Lilita Carrio pero en el traje de economista, diría que los mercados mundiales están pariendo. En realidad, solo uno, pero la criatura tiene muchos padres que se preocupan por la buena salud de la madre. Bueno, basta de metáforas.
Una predicción económica no es una variable Bernoulli, no es uno o cero. Sigue mas una distribución normal con X escenarios posibles. Digo que a la pregunta ¿ que esta pasando en la economía de Bush? la respuesta es simple: insolvencia en un mercado de prestamos que concedió créditos mas allá de su restricción.
Las consecuencias reales (o si se quieren, sin efecto contagio) será una seguidilla de quiebras de fondos pedorros. Diría Darwin, que los mas aptos sobrevivirán, y así será. Pero claro, los sistemas económicos no son tan perfectos (ahí habría que leer a Marx con su fetichismo de la mercancía) y las conexiones causales pueden afectar a los poco tienen que ver con el mercado crediticio.
El mercado, esa concepción “sui generis” que se mueve estocasticamente sin causas 100% palpables puede desatar un corrección hacia múltiples equilibrios si así le parece. Pero si algo nos ha enseñado la historia económica es que lo que pesa mas son las correctas decisiones mas que un modelo de predicción: Diría Fridman, lluvia de billetes! Y ya lo hicieron los principales bancos centrales del mundo, liquidez liquidez! La que sea necesaria, no importa. Decisión acertada si las hay, para matar el modelo de corridas de Krugman.
Argentina no hizo nada mal, solo paga el castigo moral generado por sus instituciones. Un coletazo de los monstruos del G-7 se multiplica por dos en estas tierras, y si, lamentablemente esto repercute.
Las tres bolas de billar en la boca de Peirano son suficientes para aguantar los movimientos exteriores, a lo sumo, algún nuevo equilibrio con otros valores, pero lejos (probablemente) de una crisis. La economía norteamericana no se caerá y se cae (no importa) no viviremos al menos para decir: me equivoque.