viernes, 6 de octubre de 2006

El cigarrolo como el mundo de las ideas.

Fumate un puchito y veni conmigo. Hace un tiempo leía un libro titulado Modernidad Liquida de Bauman. Gran parte de la obra, hace referencia a la idea de que el espacio público ha sido conquistado por el espacio privado, y que por tanto, vivimos en un gran individualismo que puede devenir en sucesivas consecuencias, como la extrapolación de 1984 al cuerpo de cada uno: antes el estado nos flagelaba, hoy estamos solos, pero nos autoflagelamos. Pues bien, Zygmunt date una vuelta por estas tierras Pampas y visita la neo-ideología Peronista con matices de la Liga Patriótica: Tenemos un estado que se involucra, que quiere saber en que andas, que te anda pasando, y lo hace o por muy benévolo o por oposición a las promesas no cumplidas de Pepeto de la Ruta (seré el medico de cada Argentino…). Tomo la postura que Rollo describe en su blog, pero con algunas salvedades, mas simplistas y mucho menos técnico. No se puede apostar a lo que dice Rollo, suena que los bares y boliches son estados autónomos y por ende deben dar rienda suelta a su política como les parezca. Pero si creo que son de propiedad privada, que son más privados que públicos, y que al fin y al cabo, el bar es más del dueño que de los fumadores o no fumadores. La idea central debería ser entonces, que cada dueño decida respeto de esta política si quiere aplicarla o no: Acá se puede fumar, diría uno, y el gallego que tiene otro bar en frente diría acá no se puede fumar. Se armaría algo así como una competencia entre dos distintos mercados: bares para fumadores, bares para no fumadores y bares con los dos sectores. Los grandes bares entrarían en esta última categoría, veamos que pasa con las cuevas del centro. Hay gente que no fuma, pero no le importa ir a un bar de fumadores, seria el consumidor indiferente. Hay otros que si, estos estarían a la derecha, y otros finalmente que al ser fumadores, estarían a la izquierda de nuestro consumidor indiferente. A partir de el, tenemos la génesis de dos mercados preferenciales. Mira el grafiquito.
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Ilustremos: Tenemos dos barzuchos, uno ubicado en el cero y otro en el 1. Lo pensamos estilo dos esquinas. Uno ha decidido ser totalmente fumador y el otro libre de humo respectivamente. Entre el 0 y el 1 tenemos nuestra población uniformemente distribuida, potencial demanda. El valor de X indicara la tolerancia por el humo. En nuestro caso, más cerca del cero más tolerante al humo es y más cerca de uno menos tolerante. Anexamos un ejercicio adicional que implica moverse hasta el bar. La pereza de ir a algún lugar, sea cual fuera, siempre la tengo presente. Este costo lo llamamos “t”. Bueno en fin, si complicarnos mas, la idea es mostrar como se crean dos potenciales mercados según el “taste” de los individuos. Vamos al primer grafico: La formulita (“s”-P1-tx) es decreciente en X. El S representa aquí el café, un nivel fijo de utilidad. El individuo que es totalmente tolerante al humo, x=0 (seguramente uno muy fumador, o alguien muy liberal) ingresa al bar y se toma su café. Le queda un excedente de S-P. El ejercicio es lo mismo para aquel que el humo le parece un pecado. A medida que el humo te molesta mas te vas alejando del cero, por lo tanto dado que el café es igual en ambos bares (y digamos que todos tienen una misma t) el excedente se va achicando hasta que llegamos al consumidor indiferente: humo o no, me da lo mismo. Los dos gráficos que siguen son otros dos casos posibles.

Preguntemos ahora, ¿que escenario se da en la vida cotidiana?

Microcentro, 13:00 pm día laborable: Me quedo con el grafico uno.

Recoleta, viernes por la noche: Me quedo con el grafico dos.


Que se yo, pero me suena a que armaria una competecia entre bares y cada uno buscaria su nicho, y si, como diria Say despues de la biruela: la demanda crearia su propia oferta y no la oferta su propia demanda. La mano invisible, y no la de Scioli.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmm no se, los empresarios son bastante tolerantes, no les importa mucho si se fuma o no, mientras más gente vaya mejor, entonces asumo que no se inclinarían por un tipo de bar u otro.
Acá en Córdoba por ley, no se puede fumar en ningun bar. La multa se la llevan tanto el que fuma comoe l dueñod el bar, así se garantizan que el dueño del bar no va a ser permisivo. No creo sinceramente en la mano invisible. Si hay algo que aprendíe n mi primer curso de micro es que cuando es necesario hay que intervenir, pero que con los precios no se jode, entonces la intervención tiene que venir por otro lado.

saludos,

Anónimo dijo...

Cordoba es muy paradojico: Por un lado el estado policial no cigarro y por el otro permite tocar a una banda de Rock que carga con la muerte de 190 pibes...

Cosas raras...