sábado, 9 de febrero de 2008

Cristal duro.

Estoy preparando un post tan bueno sobre el libro faltante en la biblioteca de Borges, que peco de vanidad y auto reconozco lo bueno del asunto. Sin embargo, cuando las promesas de los mortales en busca de un status quo mejor no te convence, ahí estas problemas. Cualquier titulo material deja de convencer a un alma autoizquizodora. ¿Que habría sido del buen Dante sin los excesos eclesiásticos? ¿Que habría sido de Socrates sin la degradacion de Atenas? ¿Que habria sido de Marx sin la ética capitalista donde los protoburgeses se consagraban dueños del mundo? ¿Que habría sido de Nietzsche sin el hachís? ¿Que habría sido de Dali sin la heroína? ¿Que habria sido de Borges sin la ceguera? . Entendí con Kant, en un estado de plena ignorancia, que el espacio es a priori a los objetos y que como dijo Marx: La vida determina la conciencia y no la vida la conciencia. Atrapado en un sin sentido Hegeliano, recurro a Leibniz y solo me motiva ir a todo aquello que tenga sustancia: Nietzsche estaba equivocado, no es que dios haya muerto, pues si el arbol cae a pesar de que no lo escuchemos, ese arbol no ha caido.

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