Shakespeare se encuentra ante Dios, y le dijo: "Yo, que tantos hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo". La voz de Dios le contestó desde un torbellino: "Yo tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi sueño estás tú, que como yo eres muchos y nadie". (Via Jorge Luis Borges).
El poeta, sobre todo en la acepción clásica del término, es visto pues como alguien que, sin peso substancial, diseña el sueño infinito del universo. Y así como Dios se conoce en el mundo creado, el poeta conoce a Dios en el mundo que él mismo crea
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