Sobre los viajes lisergicos de Enrique Symns en el maravilloso libro "El señor de los venenos":
Baje del cerro munido de un poder incomprensible pero real. Recuerdo el color avejentado que tenia el mundo, como si durante mi desaparición en la eternidad hubiesen transcurrido miles de años. Bajo el cadáver de un cebú encontré un nido de alacranes transparentes y gelatinosos, que me quede observando mientras escuchaba a las termitas devorando las tripas de los arboles. El sonido de las termitas trabajando bajo la corteza de las ramas y los troncos me producía un pavor mas reflexivo que el grito de la onza. Voces secretas susurraban maldiciones para quien se atreviese a cruzar el paisaje. Una amenaza demoledora se cernía hacia lo humano desde la espesura.
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